En una magia tranquila y silenciosa
Se acercó al castillo, estaba sola y casi danzaba
Cogió su vestido mientras corría ,era una dama tierna
Una dulce azucena de ojos azules y cabellos dorados
Los guardias desarmados, veían correr la linda azucena
Era una flor muy tierna que exhalaba su aroma, por doquiera
Hermosa la princesa, cual aroma vertía los olores de una dulce manera.
Tal vez buscaba al caballero ,o a una flor que se llamase como ella.
[i]“Sobre una cierta inclinación masculina a exhibir atributos, hoy puedo espetar que, en el caso del pene, hay en nosotras más deseo de apropiación que de adoración”. Anne Cé.[/i]
Nocturno.
Nocturno era el lugar, la música estridente.
Opacaba sus sentidos. Pobre mujer, la noche,
La noche no era fácil. Cambiaba de nombre
Para vivir otro escenario. ¡en un pequeño bar del vecindario.¡
Contrastaba el lugar con los chillidos del hijo
Que en la cuna dejo dormido, para traer mañana
Su sustento, que lastima caramba, que tengo que cambiar
Aquel pañal por este hombre cuyos besos me hacen que me agobie.
Había una vez un caballo grande y robusto. Muy noble y muy tierno
El caballo y la cerdita Juli eran amigos. Un día apostaron a las comidas quien comía tal o cual cosa, Jigaro dijo a mí me gusta la zanahoria. La cerdita le contesto a mí también .
A mí me guastan las habichuelas -a mí también
A mí me gustan las arvejas –a mí también
A mí me gustan las espinacas- a mí también.
Luego los dos se unieron a comer frutas, comieron naranjas y mandarinas.