DESDE UN WINCO
DESDE UN WINCO
Me pertenece y resistirá conmigo hasta el fin. Estuvo desde el umbral, allí en la dulce cueva acuática: me llegaba desde el Winco que escuchaba mi madre a la tardecita. Era un disco de vinilo de 33 Rpm con la Obertura de “El Anillo de los Nibelungos” de Richard Wagner. Un regalo de mi padre para un cumpleaños. Ella, embriagada por los sonidos como tragos del más refinado licor, se mecía, y arrullaba su panza-cuna, en un éxtasis que sólo era capaz de transmitir ese germano descomunal.
Tanto la melodía como el arrobamiento llegaban a mí y calmaban mis ansias de salir al mundo, mis penas por los desapacibles y cotidianos gritos externos, iba conformando mis primeros recuerdos, y dando vida a una sensibilidad que aún hoy me es propia e ineludible.
Escuchar música es salvarme a mí misma; es evitar el salto al vacío, la desesperanza, el temor, el frío, la nube negra, la locura.
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Re: DESDE UN WINCO
¡Qué bien LEEDEE!.., como con un recuerdo se expresa una acción. ¡ La música son los sonidos del alma!. Saludos afectuosos:AMAR.
Re: DESDE UN WINCO
[i][size=4][color=#0000bb]Incomparable recuerdo que salva el alma, que buena oportunidad para calificar la obra de Richard Wagner desde una visión totalmente distinta y sobre todo que delicia produce la lectura de tu cuento. [/color][/size][/i]
Re: DESDE UN WINCO
Muy lindo. solo una mujer puede contarlo tan bien. Cumple la doble función: portadora y portante.
Re: DESDE UN WINCO
Hola Leedee, me hiciste recordar cuando oía música en los viejos "pick up"( Tocadiscos). Excelente tu relato.Saludos,Rayo.
Re: DESDE UN WINCO
Es que el Winco era la marca de uno de esos pick up. Otros eran Sony, o RCA Victor (el del perrito)
Re: DESDE UN WINCO
Vos sabes la historia del WINCO? El que lo inventó y fabricó, se fundió. Hizo un contrato fabuloso con USA, le compraban toda su producción. El gobierno "Clavó" el dolar y el tipo comenzó a vender más barato que su costo.Denunció el contrato y perdió todo; también la marca. No es casualidad que estemos como estamos. Algún día que tenga tiempo te contaré la historia de las llaves de lúz a tecla, que se hacían en Mardel, en la calle Alte. Brown, pasando las vías, hacia el oeste.